El peligro de aspirar a la perfección

El pasado lunes tuvimos la entrega de la primer etapa de trabajo del año y dimos inicio a la etapa de diseño y desarrollo a través de las primeras bajadas rápidas de bocetos y prefiguraciones.

Les compartimos el texto que leimos en clase extracto del libro Hábitos atómicos.

¨En el primer día de clase, Jerry Uelsmann, un profesor de fotografía en la Universidad de Florida, dividió a sus estudiantes de fotografía en dos grupos.

Explicó que todos en el lado izquierdo del salón estarían en el grupo de "cantidad. Serían evaluados únicamente por la cantidad de trabajo que produjeran. En el último día de clase, contaría el número de fotos enviadas por cada estudiante. Cien fotos obtendrían una A, noventa fotos una B, ochenta fotos una C, y así sucesivamente. 

Mientras tanto, todos en el lado derecho del salón estarían en el grupo de "calidad". Serían evaluados únicamente por la excelencia de su trabajo. Solo necesitarían producir una foto durante el semestre, pero para obtener una A, tendría que ser una imagen casi perfecta. Al final del semestre, se sorprendió al descubrir que todas las mejores fotos fueron producidas por el grupo de cantidad. Durante el semestre, estos estudiantes estaban ocupados tomando fotos, experimentando con composición e iluminación, probando varios métodos en el cuarto oscuro y aprendiendo de sus errores. En el proceso de crear cientos de fotos, perfeccionaron sus habilidades. Mientras tanto, el grupo de calidad se sentaba especulando sobre la perfección. Al final, tenían poco que mostrar por sus esfuerzos además de teorías no verificadas y una foto mediocre.

Es fácil estancarse tratando de encontrar el plan óptimo para el cambio: la forma más rápida de perder peso, el mejor programa para construir músculo, la idea perfecta para un trabajo secundario. Estamos tan enfocados en descubrir el mejor enfoque que nunca llegamos a tomar acción. Como escribió Voltaire una vez, "Lo mejor es enemigo de lo bueno".

El texto nos enseña que obsesionarnos con la perfección puede detener nuestro progreso. A veces es mejor hacer mucho, producir volumen, equivocarse y aprender en el camino que esperar a hacer algo perfecto desde el principio.

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